Mi objetivo es conocer e intentar capturar permits en la mayor cantidad de lugares que pueda, creo que cada ambiente es diferente, me brinda nuevas enseñanzas y, definitivamente, esa diversidad me permite integrar más información para seguir armando este rompecabezas infinito.

Los Roques no está en el mapa de pesca de permit, pero muchos amigos y conocidos que visitan el archipiélago con frecuencia me contaban de encuentros con peces enormes y difíciles, cómo no intentarlo?

No voy a escribir acerca de este lugar fuera de mi objetivo, muchos lo han hecho con descripciones precisas y bien logradas, algunas casi poéticas.

Pensé en aprovechar un fin de semana largo con mi familia y Cristián de Fly Fishing The Run hizo todos los arreglos.

Había recibido muchas recomendaciones acerca de guías, pero el más nombrado como especialista era Javier Valerio, me decidí por él. Cuando llegué a Caracas el miércoles 29 de abril, recibí un mensaje de su parte, por problemas personales no estaría el primer día.

Al llegar a la Posada, se presentó Darwin, quien sería mi guía, charlamos un poco y planificamos el día siguiente.

Primer día. Despejado y ventoso, 35-40 km/h.

Comenzamos en un bajo que estaba junto a la barrera de coral, bajé y mientras el guía se preparaba le tiré a un grupo de Parrotfish ( pez loro ), lancé adelante y dejé que la corriente acercara el cangrejo, para mi sorpresa, uno lo comió, clavé y a los pocos metros se desenganchó. Hice lo que había leído como recomendado, pero tuve mucha suerte.

Caminamos todo el flat de fondo duro, con rocas y coral, no vimos nada. Saliendo de allí, ya embarcados, el guía me dice que ve un triggerfish y un permit juntos, mientras saco la línea trata de mostrármelos, cuando veo algo, hago el tiro, cae adelante del Trigger, va decidido y come el cangrejo, no clavo, tengo la esperanza de ver al permit, no vuelve a mostrarse, nos vamos, cuando reviso la mosca, los ojos están aplastados en la parte superior, totalmente planos, como si lo hubiéramos hecho con un pinza o un martillazo, increíble la fuerza de esos crushers ¡!

Nos movimos a otro lugar, de fondo blanco, alternado con parches oscuros de vegetación, vi pasar un permit espantado al lado del bote, seguimos buscándolos a la deriva, en un momento el guía y el capitán ven dos siluetas, poco definidas por la profundidad y el fondo, hago el tiro, uno pez va hacia el crab, come y clavo ¡! Empiezan los festejos, la corrida es larga, veloz, hasta que se detiene, la línea parece estar en un punto fijo, enganchada, temo lo peor, cuando nos acercamos empezamos a ver al pez, tiene aletas claras, no es un permit ¡! Es un bonefish de muy buen tamaño, la línea se libera, pelea un poco más, sacamos un par de fotos y lo devolvimos. Falsa alarma, pero quién nos quita ese minuto de gloria ¡!!??? Jaja

Lo recorrimos por largo rato, solo vemos bonefish y jacks, optamos por irnos.

Fuimos al que es uno de los más famosos bajos para permit de este lugar, cuando nos aproximábamos vimos en agua profunda tres peces de gran tamaño, alejándose rápido de nosotros, ese encuentro nos habría nuevas esperanzas.

Empezamos a derivar por el medio del flat, sobre fondo blanco y aguas de más de 1 metro de profundidad, mirando a los lados, en las partes que había vegetación, buscando “tailers”, los que supuestamente se muestran con frecuencia.

Cruzamos, nadando en dirección opuesta al bote, dos pequeños grupos de 4 y 3 peces, muy grandes, de 20+ lbs con seguridad, pero no tuvimos tiro, no hay forma de frenar ese bote de gran tamaño. Luego tuvimos dos buenas chances, sobre singles, tuve tiempo de bajar a caminar, por temor a quedar corto por el cambio de perspectiva, intenté tirar un poco más largo de lo que lo hubiera hecho desde un skiff, según el guía y el Capitán que permanecieron en el bote, la mosca cayó sobre sus cabezas y se espantaron. No hubo tiempo para más.

Me quedé analizando la situación, estoy acostumbrado a apuntar directamente al pez, fui muy agresivo en el casteo, no me culpo, es lo que suelo hacer, pero deberé tener en cuenta el viento a favor la próxima vez, a veces 30 o 40 cm hacen la diferencia.

Cuando llegamos al puerto supe que Javier no había podido abordar el avión, que esperaba hacerlo al día siguiente por la mañana y alcanzarnos en el agua.

Día 2. Mismas condiciones.

Fuimos directamente al bajo donde terminamos el día anterior, el que nos había dado las chances, esta vez opté por caminar, no quería perder oportunidades.

Caminando por el borde de aguas bajas entre la parte más profunda, donde derivábamos el día anterior, y otra parte del bajo, menos profunda y con mucha más corriente, allí tuvimos 4 chances, sobre peces medianos, de bastante menos de 20 lbs, seguro.
Los tiros fueron razonablemente buenos, en el rango de 40cm-80cm, aproximadamente, calculados por los 3, Cap, guía y yo.
No los espantamos, solo cambiaban de dirección, y ante otro intento parecido, hacían lo mismo, luego de 3 o 4 tiros, se iban un poco más rápido. Nunca mostraron interés, ni una mirada.
Usamos 3 moscas diferentes. Permit Crab, Calvo Crab y Spawning shrimp.
Luego fuimos al bajo en el que iniciamos la jornada el día anterior, estaba impescable por visita de Kite surfers.
Regresamos al lugar que se estaba convirtiendo en el punto obligado y no vimos ningún otro, ya era la hora de volver, camino al puerto pasamos por un pequeño cayo, rodeado por un flat lleno de bonefish, vimos una cola de permit, que perdimos de vista sin hacer el tiro y sacamos 2 “ratones” con una Avalon Fly, para tener un poco de acción.

Al llegar, estuve charlando con Cristobal, dueño de Sight Cast, me contaba que el pesca muchos días por año, casi exclusivamente permits, aunque a veces intenta por tarpons, “para pescar algo de vez en cuando…”, su última captura de permit fue hace dos años ¡!!!

Por lo visto hasta ese momento, me parecía que había muy pocos lugares para buscarlos, y en ellos se concentraba mucha presión, imaginaba que por ello todos me decían del alto nivel de dificultad para capturarlos, esos peces debían ser más inteligentes o instruidos que nosotros ¡!

Javier seguía sin aparecer…

Cuando me relajé, y me reuní con la familia para la charla de todas las tardes, Claudia, mi esposa, me preguntó, “quién te dijo que acá se pescaban permits?” jaja buena pregunta…

Minutos después llegó Darwin acompañado por Javier, me pidió disculpas por no poder haber llegado antes y comenzamos a intercambiar opiniones, ideas y planes.

Cuando se fue, le dije a Claudia, me gusta, se tiene muchísima confianza…

Día 3 ( último ). Condiciones climáticas parecidas, algunas nubes muy temprano.

Javier pasó por mí a las 7am, una hora antes de lo habitual, mi vuelo salía esa misma tarde y debíamos regresar temprano.
Comenzamos en un bajo con predominante fondo claro, derivamos, no vimos más que bonefish durante una hora y media. La charla era animada, con muchas anécdotas, la confianza no decaía.

Llegamos al segundo lugar, antes de bajar de la embarcación vimos dos permits espantados, lo que nos dio muchas esperanzas.
El fondo claro se alternaba con parches de fondo oscuro en la misma proporción.

Empezamos el recorrido dividiendo áreas de búsqueda, yo miraba a la derecha, Javier a la izquierda, no había transcurrido mucho tiempo cuando vi un buen pez, nadando de derecha a izquierda, alejándose rápido, no alcancé ni avisarle a Javier, empecé a castear, hice un tiro bastante largo, presentando a poco más de un metro adelante, dejé bajar un segundo, vimos que cambió de actitud, hice un strip largo y lento, aceleró y tomó la mosca, la primer corrida fue muy larga, quizá espantado por nuestros gritos ¡! Jaja después de varias corridas más, Javier pudo tomarlo de la cola, sacamos varias fotos en el agua y lo devolvimos. Realmente estábamos felices, él porque sentía que había cumplido, yo porque después de dos días tan duros, la satisfacción es mayor.

En la segunda chance Javier intentó mostrarme al pez varias veces, no pude verlo hasta después del tiro, estaba bastante cerca pero sobre fondo muy oscuro, siguió la mosca con mucho interés pero no comió.

El tercero lo vi muy cerca, siguió la mosca  hasta que me vio. El cuarto lo espanté por pasarme medio metro en el tiro. En la quinta oportunidad, eran 2, comieron los dos en dos tiros distintos y no pude clavarlos, el primero hasta tuve tensión, pero no se enganchó, hice un nuevo tiro mientras se alejaban, la línea voló y se enredó en el reel, mientras me ocupaba de éso, Javier me gritaba que clavara, que la había comido, tampoco pudo ser.

No se encontraban haciendo tailing, todos estaban en modo "crucero" en aproximadamente 1 m de agua, se los podía ver en cualquier rango de distancia, a veces aparecían a escasos metros y otras a 20 o 25m, había que estar muy atento y reaccionar muy rápido.

En la sexta chance vimos 3 pasando adelante nuestro, a no más de 8 o 9 m, un roll cast fue suficiente, vimos como el tercero tomaba la mosca, mientras ganaba profundidad, clavé y luego de otra buena pelea y varias fotos, lo devolvimos.
Además encontramos algunos otros fuera de rango de tiro o espantados.

En el tercer bajo no vimos ninguno, era el que me había dado las chances los días anteriores.

Hablando con Javier, llegamos a la conclusión que estos días la amplitud de la marea no era importante, esta situación limita los lugares a recorrer y a veces se encuentran peces "rondando" bajos, en los que comen habitualmente, pero no pueden subir por falta de agua, lo que los hace estar incómodos y más asustadizos.

Usé caña #10, línea Rio Clouser #11, leader cónico de 10’ 20 lbs, al que le agregué 2’ de fluorocarbon de 20 lbs de tippet.

Voy a volver, seguramente, con mejores mareas, para poder conocer un poco más de este lugar que me parece muy prometedor.